Hoy en la Historia
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En #Guantánamo
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“…sin sistemas de control y servicios de calidad, no es posible hablar de una verdadera protección al consumidor. “Como mejor se defienden estos asuntos es teniendo sistemas de gestión de calidad en todos los lugares, desde la pequeña unidad hasta la más grande”. “Sino corremos el riesgo de que se convierta en consigna, y no daremos al pueblo el servicio que realmente merece”, analizó el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Miguel Diaz-Canel en la Comisión de Atención a los Servicios de la ANPP |
Llevo más de diez días tratando de comprar un regalo en la nueva tienda Agua y Jabón. Cuando finalmente pude entrar por primera vez —sábado en la tarde del 2 de junio, después de hacer la cola escondido del sol—, al poner la tarjeta RED y mi carnet sobre la mesa de la caja, la joven cajera con voz infantil me dijo: —No hay conexión. El lunes siguiente en la mañana, antes de iniciar el ritual comercial pregunté por la existencia de la conexión: —Sí hay. Han pasado tarjetas hoy. Me respondió el portero atentamente. De nuevo en la caja con la anhelada mercancía, el POS no encontró conexión. Por su restablecimiento en vano esperé unos minutos. Hoy —5 de junio— regresé al medio día y la respuesta del portero ¿se la imaginan? Es la única tienda que vende lo que necesito. ¡Llevo “cuatro” días para comprar un regalo por el 28 de mayo! ¿Me estarán protegiendo de que gaste el saldo de mi tarjeta? Publicado en mi perfil de Facebook |
Regresé al establecimiento de marras el 13 de febrero del año en curso con el mismo objetivo: Comprar un regalo para mi esposa. Sin congestión en la puerta me asomé al interior y pregunté si había conexión. Me respondieron que sí, y fui hacia la caja a verificar: —Están pasando las tarjetas, pero después de unas tres se cae la conexión. Respondió la cajera, de apariencia parecida a la de la historia anterior.
Ipso facto cogí el pomo de champú con la esperanza de que la dichosa conexión en mi caso no fuera la “tercera o cuarta” tarjeta en pasar. Pero no, la suerte estaba echada. Otra vez en Agua y Jabón (La Cabalgata), me mortificaba mientras perdía el tiempo miserablemente.